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MUERTE SÚBITA Y DESFIBRILADOR AUTOMÁTICO

La muerte súbita cardíaca es un evento imprevisible y devastador, que en muchos casos puede prevenirse con un diagnóstico adecuado y el uso de tecnologías avanzadas como el desfibrilador automático implantable (DAI). En esta página abordamos en profundidad qué es la muerte súbita, cuáles son sus causas más frecuentes, cómo reconocerla y, sobre todo, cómo actuar de forma inmediata. También explicamos qué es un DAI, en qué casos está indicado y qué tipos existen, aportando información clara y rigurosa para pacientes, familiares y profesionales de la salud.

MUERTE SUBITA

La muerte súbita cardíaca es una parada cardíaca inesperada que ocurre en forma abrupta, generalmente en menos de una hora desde el inicio de los síntomas. Representa una de las principales causas de mortalidad en el mundo y suele estar relacionada con enfermedades cardíacas, especialmente la enfermedad coronaria (cardiopatía isquémica).

La fibrilación ventricular es la arritmia más comúnmente implicada en la muerte súbita. Se caracteriza por una actividad eléctrica desorganizada en los ventrículos, que impide una contracción efectiva del corazón. En la mayoría de los casos esta arritmia deriva de la desorganización de una taquicardia ventricular previa consecuencia  de la recirculación muy rápida de impulsos eléctricos a través de diminutos circuitos en el tejido ventricular enfermo. Clínicamente, se manifiesta como pérdida de conciencia súbita, colapso cardiovascular, y muerte si no se actúa de inmediato mediante la reanimación cardiopulmonar y desfibrilación.

Las causas más frecuentes de fibrilación ventricular incluyen:

  • Infarto agudo de miocardio
  • Miocardiopatías (especialmente la miocardiopatía dilatada o hipertrófica)
  • Cardiopatías congénitas
  • Síndromes eléctricos primarios (como el síndrome de Brugada o el QT largo)
  • Uso de drogas o alteraciones electrolíticas severas

El tratamiento inmediato consiste en la desfibrilación precoz, que puede revertir la fibrilación ventricular cuando se aplica dentro de los primeros minutos. La reanimación cardiopulmonar (RCP) es esencial hasta la llegada del desfibrilador.

Aunque en ciertos casos la parada cardíaca era imposible de predecir, en muchos otros puede estratificarse el riesgo y establecer medidas preventivas como el implante de un desfibrilador automático en los pacientes con mayor probabilidad de padecerla. El proceso de estratificación de riesgo de muerte súbita en el enfermo cardíaco incluye una valoración exhaustiva combinando una serie de variables clínicas, parámetros de la función cardíaca, resultados de ciertas pruebas como el estudio electrofisiológico, etc. En este sentido, las pruebas de imagen como la resonancia cardiaca son fundamentales para una correcta valoración de riesgo en esos pacientes.

Cuando un paciente se ha reanimado con éxito de una muerte súbita arrítmica o se considera con un alto riesgo de padecerla en el futuro se indica el implante de un desfibrilador automático.

Cuando una persona presenta un trastorno del ritmo cardíaco con disminución anormal de la frecuencia cardiaca (bradicardia, bloqueos) que produce síntomas como mareo, síncope, insuficiencia cardiaca suele estar indicado y ser suficiente el implante de un marcapasos.

El desfibrilador automático implantable (DAI) es un dispositivo que además de funcionar como marcapasos (ritmos lentos) es capaz de tratar las arritmias rápidas como taquicardias ventriculares y fibrilación ventricular que originan la muerte súbita arrítmica. El desfibrilador detecta la arritmia y entrega de forma automática una descarga eléctrica de alto voltaje que devuelve el corazón a su ritmo normal. El DAI constará de un electrodo especial localizado en ventrículo derecho que permite entregar corrientes de alto voltaje para tratar la “arritmia maligna”. El generador del DAI es algo más grande que el del marcapasos convencional. En función del tipo de arritmia, a veces es necesario un segundo electrodo que se implantará aurícula derecha.

Existen varios tipos de desfibriladores automáticos. Su elección depende de un conjunto de variables clínicas, funcionales , y electrocardiográficas.

El desfibrilador-resincronizador (también denominado tricameral) permite tratar la insuficiencia cardíaca -para lo que deben cumplirse una serie de requisitos en el ECG que predigan su eficacia. Conlleva el implante de un electrodo adicional a través del seno coronario o desde la rama izquierda del sistema de conducción nativo del corazón.

El desfibrilador subcutáneo es en realidad un desfibrilador extravascular -ya que todos los desfibriladores son subcutáneos. El llamado desfibrilador subcutáneo se implanta en el costado del paciente y está conectado a un electrodo que corre paralelo al esternón por debajo de la piel, sin contacto directo con el corazón o vasos sanguíneos. Puede ser un dispositivo de elección cuando no se requiere función marcapasos y solo se busca la prevención de muerte súbita arrítmca.

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