
SINCOPE
El síncope es una pérdida repentina y temporal de la conciencia provocada por una disminución en el flujo sanguíneo al cerebro. Aunque en la mayoría de los casos se debe a causas benignas como el síncope vasovagal, en pacientes con enfermedades cardíacas puede ser un signo de una arritmia grave. En esta sección te explicamos cómo se diagnostica, qué pruebas se realizan y cuáles son los tratamientos disponibles para prevenir futuros episodios.
El síncope se define como una pérdida transitoria de la conciencia y del tono postural originado por una rápida disminución del flujo sanguíneo cerebral. Las causas del síncope son muy diversas.
En la mayoría de los casos que se presentan en la población general, el síncope se produce por un reflejo del sistema nervioso vegetativo que origina una simultánea disminución del pulso y de la presión arterial. Este mecanismo de síncope se denomina vasovagal y en muchos casos se presenta de forma recurrente en sujetos predispuestos y suele carecer de implicaciones vitales.

Las palpitaciones pueden darse en un síncope vasovagal, pero suelen ser un síntoma secundario e inespecífico -sensación ocasional de latido vigoroso en las fases iniciales. El motivo de que en el estudio del síncope de sospecha vasovagal se requiera la participación del especialista en arritmias se debe -entre otros- a la necesidad de descartar una causa arrítmica y al hecho de que algunas pruebas útiles en el estudio del síncope son realizadas por el arritmólogo, como el Test de Mesa Basculante, el estudio electrofisiológico, o el implante de Holter subcutáneo -un dispositivo diminuto que permite monitorizar el ritmo cardíaco del paciente a largo plazo -más de 24 meses.
La llamada cardioneuroablación es una intervención a plantear en sujetos con síncopes reflejos vasovagales severos y recurrentes. Básicamente consiste en eliminar mediante un catéter de ablación los plexos ganglionares del interior del corazón que participan en el reflejo que ocasiona el síncope. Sus indicaciones deben ser muy individualizadas pero en casos seleccionados parece aportar buenos resultados.
El síncope en el paciente con patología cardíaca requiere una consideración aparte. Aunque el cardiópata también puede sufrir mareos/sincopes vasovagales de naturaleza refleja como los referidos previamente, en los pacientes con antecedentes de enfermedades cardíacas (infarto antiguo, miocardiopatías, etc) el síncope puede estar ocasionado por algún tipo de arritmia y es de importancia vital su correcta filiación.

La clave, por tanto, en una persona que ha sufrido un síncope es determinar su causa y cuando ésta no pude confirmarse con plena certeza –algo relativamente frecuente- al menos debe descartarse un origen arrítmico.
La importancia de determinar si un trastorno del ritmo cardíaco es la causa del síncope es fundamental:
- en primer lugar, porque según la arritmia podrá establecerse un tratamiento específico efectivo como por ejemplo una ablación de la taquicardia si está causado por dicha arritmia, el implante de un marcapasos si los síncopes se relacionan con bloqueos cardíacos o ritmos lentos, etc.
- y en segundo lugar, porque los síncopes arrítmicos pueden comprometer la vida del paciente ya que en ciertas enfermedades cardíacas el síncope puede ser presagio de una futura muerte súbita. En este contexto, por tanto, resulta vital determinar la presencia de alguna enfermedad cardíaca estructural subyacente (a veces desconocida). Para tal fin, es imprescindible, entre otros, realizar una completa historia clínica que incluya posibles antecedentes personales o familiares de muerte súbita, un electrocardiograma que descarte sutiles anomalías, un ecocardiograma, etc. Sobre estos supuestos se iniciará el enfoque diagnóstico y terapéutico apropiado.